Capítulo 4: I swear

Capitulo 4: I Swear

Al llegar Jae Joong por la noche al departamento de YunHo, apenas tocó una vez la puerta y esta la fue abierta. El moreno lo dejó pasar con una pequeña sonrisa en su rostro, que aunque no quisiera tener todo el tiempo, no lo podía evitar, pues estaba feliz de que su Boo volviera con él, aunque aun no del todo.

-Te ayudo – dijo YunHo tomando parte de las cosas que el pelinegro cargaba en sus brazos y dirigiéndose a la habitación que siempre habían compartido para dejarlas ahí.

-Gracias – respondió algo apenado pero a la vez feliz por ver que realmente el menor quería cambiar. Esperaba siguiera así por el resto de los días y no solo durara una semana o dos de esta manera.

“Aunque le haya puesto estas condiciones, tampoco seré tan difícil con él” pensó Jae Joong mientras el también entraba al cuarto y colocaba en una silla las demás cosas.

-¿Quieres cenar? – pregunta Jae Joong.

-Si –

Y así el pelinegro se dirigió a la cocina y empezó a buscar los ingredientes que necesitaría para la cena. No era algo muy laborioso, pero el problema era que no encontraba la mitad de lo que necesitaba.

-No tienes casi nada de comida – dijo

-Oh… bueno… casi no hago de comer, porque no se… la mayoría del tiempo iba a comer a algún restaurante – respondió YunHo mientras veía a Jae Joong fruncir el seño y hacer un ligero puchero con sus labios. Esto le pareció de lo más tierno, y estuvo a punto de ir a besarlo pero entonces recordó “No puedes tocarme” y se quedó simplemente parado en la entrada de la cocina.

-Tendré que ir a comprar lo que falta entonces – Dijo a la vez que salía del lugar y tomaba su suéter para ir afuera. Si recordaba bien, había una pequeña tienda cerca del edificio donde estaba ese departamento. El moreno sin pensarlo dos veces salió también detrás de su amante para que no fuera solo, en toda ciudad importante es bien sabido que lo más recomendable es no salir solo de noche.

Caminaron en silencio durante una cuadra, no sabían que decir y sentían que se estaba formando un ambiente algo incómodo para ambos, y cuando Jae Joong estaba por decir algo, YunHo dijo.

-¿Puedo tomar tu mano? – Siendo esta la primera acción de este tipo que el pelinegro veía venir por parte del menor, simplemente asintió en respuesta a su pregunta. Ahora que lo pensaba mejor, podría gustarle un poco mas tener estos límites con YunHo, porque se le hizo de lo más lindo escuchar cómo le pedía permiso para tocarlo, como cuando apenas estaban conociéndose el uno al otro.

Y solamente siendo testigos las estrellas de aquella noche y los faroles de las dos calles de camino para llegar a aquella tienda de conveniencia, esos dos chicos que intentaban reparar su relación caminaron tomados de la mano, con los dedos de sus manos entrelazados firmemente con los del otro muchacho.

Jae Joong salió del cuarto de baño con el cabello húmedo, llevaba solamente un pantalón para dormir y una toalla en la cabeza para secar su cabello un poco. YunHo estaba sentado en la cama jugando con su celular cuando escuchó la puerta del baño abrirse y entonces posó su atención en el sexy pelinegro que acababa de salir. Tragó saliva difícilmente, conteniéndose lo más que podía de saltarle encima y hacerle el amor, porque la sensualidad de Jae Joong era tal que para él le era imposible controlarse.

-¿Has estado haciendo ejercicio? – pregunta el moreno para sacar un tema de conversación y mantener su mente ocupada, para así poder alejar aunque sea un poco la imagen de Jae Joong sin camiseta.

-Un poco… a veces voy al gimnasio – respondió mientras dejaba nuevamente la toalla en el baño y se dirigía hacia la cama matrimonial que poseía la habitación. YunHo se levantó para ir ahora él a tomar una ducha antes de dormir

-Te ves bien – le dijo sinceramente sonriéndole un poco, haciendo sonrojar al mayor, quien volteó la cara hacia otro lado para así hacer que se viera menos su cara roja.

-Gr… Gracias – contestó nerviosamente y decidió mejor colocarse una camiseta.

No pasó mucho tiempo cuando YunHo salió ya vestido con su ropa de dormir y se adentró en la cama al lado de Jae Joong, quien ya se encontraba dormido, dándole la espalda. Con su cabeza sobre una almohada y sus brazos abrazando otra. Asegurándose el moreno de que el pelinegro ya estaba completamente en sus sueños, le dio un ligero beso en la mejilla y susurró “te quiero Jae”, antes de acomodarse para dormir. No supo por cuánto tiempo fue, pero se había quedado observando la espalda del chico hasta que se dejó vencer por el sueño.

Sus ojos marrones se fueron abriendo poco a poco en aquella mañana de sábado. Se iban cerrando de vez en cuando hasta que se acostumbraron a la luz que entraba por las ventanas que tenían las cortinas completamente abiertas.

YunHo se sentó en la cama notando que el espacio a su lado estaba vacío, por lo que se levantó, se colocó unas pantuflas y caminó fuera de la habitación. No tuvo ni tiempo de pensar en donde buscar a Jae Joong, cuando un delicioso olor llego hasta su nariz. Entró a la cocina en el mismo instante en que Jae Joong iba saliendo de esta, por lo que chocaron, haciendo que el pelinegro casi caiga al suelo, de no ser porque los fuertes brazos de YunHo lo sostuvieron de la cintura, quedando sus rostros muy cerca, sintiendo incluso como sus respiraciones se mezclaban.

Jae Joong se sonrojó por la posición en la que se encontraban y YunHo se sorprendió por cómo estaba tomando al mayor, por lo que inmediatamente se separó de él.

-¿Estás bien? – pregunta YunHo sin levantar la mirada del suelo

-Si… yo… apenas iba a hablarte para que desayunaras conmigo – respondió algo nervioso, recordando lo que iba a hacer antes de que esto sucediera

-Ya veo – aun algo apenado dijo YunHo con voz apenas audible para ellos dos. Para cambiar un poco el tema caminó hacia la mesa para probar los hot cakes que había preparado su amante. Jae Joong se sentó en frente de él para almorzar también, y asi empezaron a comer.

YunHo apenas probó un bocado y dijo

-Esto es delicioso –

-¿De verdad? – pregunta el mayor con un ligero sonrojo apareciendo en su nívea piel

-¿Lo dudas? Siempre has cocinado muy bien – continuó elogiándolo, haciendo que Jae Joong se sonrojada mas. Y esas palabras venían de lo más sincero de él, y el pelinegro lo sabía, no era una de las muchas tácticas que el moreno usaba para ganarse el cariño de Jae Joong.

-¿Quieres palomitas? – pregunta YunHo a Jae Joong que se encontraba sentado en el sillón de la sala del departamento, aun con ropa de dormir y envuelto en una cobija viendo un maratón de películas que pasarían durante todo el día. El pelinegro asintió y YunHo se sentó junto a él, le pasó el plato con la botana y juntos de quedaron viendo la televisión.

El pelinegro quería aprovechar ese día para descansar ya que comenzando la semana estaría metido de lleno en su trabajo, era la oportunidad perfecta para que lo ascendieran si el nuevo proyecto que le había sido encargado salía a la perfección. El moreno por su parte, aparte de descansar, también quería pasar tiempo con el chico a su lado, aunque fueran momentos como aquellos, eran especiales.

La película que se transmitía en esos momentos era una de drama romántico, tema el cual no era el preferido de YunHo, pero uno de los favoritos de Jae Joong. Era una de esas cosas en las que diferían el uno del otro, pero que al mismo tiempo los unía mas.

“Nunca me olvides” se escuchó aquella frase por parte del protagonista masculino hacia la chica de la película, y seguido a eso se escucho como alguien se sorbe la nariz.

-¿Estas llorando? – pregunta YunHo divertido por el estado en que se encuentra Jae Joong

-N… No – respondió el mayor cubriéndose hasta la cabeza con la cobija en la que estaba envuelto.

Una hora después de aquella escena, el moreno se había quedado completamente dormido con su codo izquierdo apoyado en el brazo del sillón y la cabeza reposando en su mano. Jae Joong lo observó de este modo y con cuidado de no despertarlo lo jaló del brazo derecho hasta que la cabeza peli castaña del chico quedara sobre las piernas del muchacho pelinegro.

Y así Jae Joong continuó llorando con aquella historia de amor mientras que acariciaba con una de sus suaves manos el cabello de YunHo.

Despertar envuelto en los brazos de la persona que amas es lo mejor que a una persona enamorada le puede suceder. Así fue como comenzó la mañana de domingo de Jung YunHo al darse cuenta de que ya había amanecido y se había quedado dormido en el sillón. Pero grande fue su sorpresa cuando vio a Jae Joong a su lado en ese mueble en que apenas cabían los dos, abrazándolo y con una casi imperceptible sonrisa en su rostro.

-Jae – se acercó a su rostro susurrando su nombre para despertarlo, aunque era lo que menos quería.

-mmnnh – y esa fue la única respuesta que obtuvo.

Se levantó con cuidado, pasando sus brazos por la espalda del pelinegro para así poder llevarlo cargando al cuarto y que pudiera seguir durmiendo.

Jae Joong se sentía muy bien, como si estuviera flotando, eso era lo que estaba soñando, pero después escuchó los pasos de alguien muy cerca de él y abrió los ojos, encontrándose con unos bellos ojos marrones que lo observaban con ternura.

YunHo dejó a Jae Joong recostado sobre la cama, pero antes de apartar sus brazos de su cuerpo, se quedó observando a la belleza debajo de él.

El pelinegro se acercó lentamente, cerrando sus ojos poco a poco en el camino, hasta tocar con sus labios la mejilla del moreno.

El menor se quedó completamente quieto pensando que estaba soñando, pero cuando su amante se separó de él y le dedicó una sonrisa, de esas que hace mucho no veía salir de su cara, supo que se encontraba despierto. Le sonrió de vuelta y en lugar de irse para intentar hacer algo de desayunar para los dos, se acostó al lado del pelinegro, reposando su cara en el hueco del cuello de Jae Joong disfrutando de su olor.

Y Kim Jae Joong no tuvo la necesidad de decirle a YunHo que ya podía acercarse más a él, que ya había derribado una de esas barreras invisibles que había impuesto para protegerse. Porque por primera vez en un buen tiempo, Jae Joong se comenzaba a sentir seguro en los brazos de la persona que ama.