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domingo, 27 de abril de 2014

(Capítulo 19)



Los días pasaban lentos para ambos, especialmente para Jae Joong que se tenía que quedar en casa acostado o sentado todo el tiempo. 

YunHo trabajaba por las mañanas y parte de las tardes para poder estar con Jae Joong el mayor tiempo posible y durante el tiempo que su esposo estaba solo en casa una de sus hermanas, normalmente Soo Young, lo acompañaba.

Para el cantante era difícil la situación en la que se encontraban. Jae Joong le sonreía y se portaba cariñoso con él, no había vuelto a llorar desde aquella tarde cuando acababa de ser dado de alta, pero aun así le hacía mucha falta escuchar la voz de su Jae Joong, aunque no se lo dijera para que no se sintiera presionado, pero a veces por las noches se quedaba despierto con Jae Joong durmiendo entre sus brazos, solamente pensando en todo y en nada a la vez, obligándose a si mismo a ser fuerte, no solo por él, si no por el amor de su vida y el hijo que llevaba dentro.

Ya casi se cumplía un mes de que Jae Joong estaba en reposo total en casa y YunHo esa mañana notó que había cambios en el cuerpo del pelirrojo. En esos primeros 4 meses y medio de embarazo el estómago de Jae Joong había empezado a crecer por fin y ya se podía notar mejor aún cuando el doctor usara camisetas holgadas.

Jae Joong estaba acostado sobre el pecho de YunHo con los ojos cerrados ese mañana con sus brazos envueltos en el cantante. Tenía unos minutos de haber despertado pero seguía con los ojos cerrados, disfrutando de la tranquilidad de esas primeras horas del día y del calor que compartía con su esposo. Se sentía mejor esos días y la mano de YunHo sobre su ahora no tan plano estómago lo hacía sentir más feliz. 

Se escuchó desde la sala como el teléfono de casa sonaba y también comenzó a sonar el de su cuarto y esto hizo despertar a YunHo. El cantante se levantó con cuidado porque no quería despertar a Jae Joong, porque no se había dado cuenta de que este ya estaba despierto desde antes que él, y se fue a contestar el teléfono a la sala.

Jae Joong se sentó en la cama y se acercó al identificador de llamadas para ver que el número era el de la casa de sus padres. 

No entendía porque YunHo no querría que lo escuchara hablar con su familia y aunque sabía que no era bueno espiar conversaciones ajenas la curiosidad le ganó y descolgó el teléfono del cuarto para escuchar lo que hablaba YunHo.

Se sorprendió al escuchar la voz enojada de su madre pero no colgó nunca. 

-YunHo ya ha pasado casi un mes y Jae Joong sigue sin hablar. ¿Qué haz hecho tú para que él hable de nuevo?, no se puede quedar toda la vida sin decir una palabra, no es un niño como para estar haciendo la ley del hielo- dijo su mamá y Jae Joong no pudo evitar sentirse un poco mal por aquellas palabras. 

-Jae Joong sufrió mucho y aunque yo también batallo un poco respetaré su decisión. Él hablará cuando se sienta bien para hacerlo - le contestó YunHo de una manera fría pero educada.

-Ya ha sido tiempo suficiente de todos modos. Vamos a ir a verlo en una semana, si sigue sin hablar para ese día voy a contratar un psicólogo para que le de terapia- amenazó la mujer.

-Adelante. Pero pagará en vano porque no voy a dejar a Jae Joong ser obligado a hacer algo que no quiere- y sabía que si le decían más se iba a poner más furioso de lo que ya se encontraba así que prefirió colgar aunque su suegra se enojara después.

Jae Joong colgó al mismo tiempo que YunHo lo hizo y se acostó de nuevo, cubriéndose rápidamente hasta la cabeza con la sábana. No quería que YunHo supiera que los había escuchado y mucho menos que lo viera llorar. 

YunHo respiró hondo varias veces hasta que se calmó y regresó al cuarto con Jae Joong para seguir durmiendo. Esperaba no haber hablado tan fuerte como para que Jae Joong lo escuchara pero cuando entró a la habitación y vio a su esposo completamente tapadoy dándole la espalda supo que si lo había hecho.

-Joongie... - le tocó el hombro y el pelirrojo no se movió para nada.

-Jae sé que me escuchaste hablar por teléfono - le dijo sin quitar la mano de su hombro. El doctor se tensó y después de unos segundos de debatir con su mente volteó a ver a YunHo y lo abrazó. YunHo no dijo nada y tan solo le correspondió el abrazo, acariciando la espalda de su esposo con una mano y su cabello con la otra. 

-No te pongas así - se sentaron juntos sin romper el abrazo y se recargaron en el respaldo de la cama - No voy a dejar que te obliguen, nadie puede obligarte a hacer algo que no quieras, ni siquiera yo - le dijo YunHo sin poder dejar de mirar a Jae Joong a los ojos. Jae Joong asintió con una sonrisa y besó a su esposo, sintiendo fuego recorrerle la espalda al pasar el cantante la mano por la espalda del pelirrojo. Se sentía caliente de repente y lo primero que pensó fue que era por las hormonas del embarazo, pero por más que quisiera hacer el amor con su esposo en ese momento sabía que no podía por su condición. No podía tener ningún movimiento brusco o podría perder al bebé y era lo que ninguno de los dos querría. Así que se alejó de YunHo un momento y se metió al baño hasta que se le pasara la repentina erección que tuvo.

Cuando se hubo calmado volvió a la cama para acostarse a ver la televisión y vio a YunHo acostado apartándole un lugar. 

-Hey - lo llamó e hizo señas con su mano para que se acercara. Jae Joong le sonrió e hizo como se le indicó, acostándose con YunHo de lado, dándole la espalda y dejando que este lo abrazara por detrás. Era de esos momentos de suma tranquilidad que Jae Joong tanto amaba, en los que se olvidaba de todo y tan solo disfrutaba de la compañía de la persona que más amaba en el mundo. 

-Mañana iremos al hospital para ver como está nuestro bebé - le recordó YunHo. - ¿Ya podemos saber el sexo del bebé verdad? - pregunta ahora emocionado YunHo y Jae Joong asintió sonriente al verlo así de feliz.

-¿Qué te gustaría que fuera?, ¿Niño o niña? - puso su mano sobre el viente de Jae Joong y lo acarició suavemente mientras preguntaba esto. Jae Joong se encogió de hombros en respuesta, para dejarle saber que le daba igual lo que fuera, que lo amaría de todos modos porque era su hijo. 

-Yo quisiera una niña - dijo de pronto YunHo -No sé porque... solo quiero tener una niña a la que cuidar de todo. Aprender a peinarla y jugar con ella, y cuando crezca celarla de todos los muchachos que quieran estar con ella - Jae Joong reía con todo lo que decía su esposo. Desde que conocía a YunHo siempre supo que sería un buen padre, porque él reflejaba esa aura paternal que no muchos poseen y lo admiraba por eso, esa había sido una de las cosas que lo hicieron enamorarse de él en la preparatoria y que seguía amando.



~o~o~o~o~o~AKTF~o~o~o~o~o~



Al día siguiente Jae Joong y YunHo despertaron con el sonido del despertador. Eran las 7 de la mañana y tenían cita en el hospital a las 9 para ver el progreso de su bebé. Jae Joong se levantó para ir al baño a tomar una ducha pero antes de que pudiera cerrar la puerta YunHo entró con él.

-Hace mucho tiempo que no nos bañamos juntos - le besó los labios con una sonrisa y abrió el agua caliente. Jae Joong no se negó porque era cierto y extrañaba aquello, pero no podía evitar recordar todas las veces en que se "ducharon" juntos y terminaban haciendo el amor. 

'Aish, deja de pensar esas cosas' se regañó mentalmente cuando sintió quqe su cuerpo comenzaba a calentarse y no era precisamente por el agua caliente de la regadera.

-¿Qué pasa Boo? - le preguntó YunHo cuando lo vio tan pensativo y sin moverse. El pelirrojo movió la cabeza de un lado a otro para decirle que no pasaba nada y se sentó en la bañera después de tomar el shampoo.

-Déjame hacerlo - el cantante le quitó la botella y aplicó el jabón en su mano para después masajear suavemente la cabeza de su esposo. El doctor se relajó y cerró sus ojos para evitar que cayera algo de jabón en ellos y solo se concentró en sentir las suaves caricias de su pareja. 
Era la primera vez que estaban juntos de esa manera sin necesidad de tocar otra parte del cuerpo del otro, solo disfrutando de los mimos que le daba YunHo. 

Cuando terminaron con su ducha y se cambiaron fueron a la cocina para almorzar. YunHo cocinaba mientras Jae Joong lo observaba desde una silla con los codos apoyados en la mesa y su cabeza recargada en sus manos. Comieron en relativo silencio cuando YunHo se sentó, solo era el moreno quien hablaba, contándole a su esposo algunas anécdotas de lo que hacía en el estudio de grabación y en los ensayos de baile. 

Jae Joong se terminó de alistar en el sillón de la sala y se quedó ahí sentado esperando a YunHo que había ido al cuarto. Cuando lo vio regresar este traía la silla de ruedas que había utilizado cuando no podía mover sus piernas y con una mirada interrogante lo observó.

-No debes moverte mucho, es mejor así - le respondió YunHo después de prácticamente haberle leído el pensamiento. Jae Joong asintió y después de haber salido del departamento se sentó en la silla y dejó que su esposo lo llevara hasta el auto. 

El trayecto fue algo tardado por el tráfico de esa mañana pero no les importó. Aún tenían suficiente tiempo para llegar por lo que podían tomarse algo de tiempo. Iban solo escuchando la radio hasta que llegaron al centro médico. Jae Joong miró con nostalgia ese lugar porque aunque no tuviera tanto tiempo de haber dejado de trabajar extrañaba ejercer su profesión. Ya se había acostumbrado a las extremas horas de trabajo y las cirugías que todos los días realizaba que estar descansando todo el tiempo simplemente no iba con él, porque en su trabajo no se aburría nunca porque siempre había algo nuevo, así que ansiaba con todas sus fuerzas volver a trabajar pronto.

No tuvieron que esperar mucho porque habían estado justo a tiempo y Siwon los recibió en su consultorio. 

-¿Qué tal?, ¿Cómo has estado Jae Joong? - Jae Joong asintió una vez y YunHo dijo 

-Hemos estado bien - 

-¿Aún no hablas? - le dijo a Jae Joong y este solo negó con la cabeza. 

-Bueno... vamos a ver a tu bebé - juntó sus manos en un aplauso y después rodeó su escritorio para dirigir a la pareja al monitor. 

Jae Joong se recostó en la camilla junto al dichoso aparato y se levantó un poco la camiseta, dejando a la vista su abultado vientre. Siwon aplicó gel en el vientre de Jae Joong y comenzó a deslizar la sonda por el área para visualisar al feto en la pantalla.

Sintió su corazón paralizarse por un momento cuando vio a su pequeño aparecer en la pantalla. YunHo no lo reconocía del todo pero estaba feliz, muy feliz, y ni se diga de Jae Joong, él apretaba con fuerza su mano para mostrarle su felicidad en ese instante. Siwon recorrió el vientre de Jae Joong con la sonda para revisar que todo estuviera en orden e hizo unos ajustes en la máquina. 

-Su bebé se encuentra muy bien, hicieron un buen trabajo - les dijo y ambos sonrieron, volteándose a ver por un segundo.

-¿Podemos saber el sexo de nuestro bebé? - pregunta emocionado YunHo.

-Claro, veamos si se deja ver - movió de nuevo la sonda por el vientre de Jae Joong y observaron la pantalla. Siwon se detuvo un momento y con su mano libre señaló la pantalla. - Ahí - tocó varias veces el mismo punto y les dijo - Es una niña - Y YunHo casi se siente explotar de felicidad con aquellas palabras. Su esposo lo volteó a ver y observó como sus ojos estaban rojos. 

Tenía ganas de llorar. 

Quería llorar de felicidad. Abrazó a Jae Joong y le dio un ligero beso en los labios sin importarle que Siwon los viera y después de que se separaron Jae Joong se limpió el gel transparente y se acomodó la ropa. 

-Jae Joong el peligro ya ha pasado, ya puedes volver a tus actividades regulares, excepto trabajar en el hospital - Jae Joong asintió no muy feliz al escuchar lo último, pero no podía hacer nada, porque aunque Siwon no fuera su jefe él era quien pondría la orden de no dejarlo entrar a trabajar en las oficinas administrativas y tramitaría la incapacidad. 

~o~o~o~o~o~AKTF~o~o~o~o~o~


Después de aquella cita en el hospital llegaron por algo de comer y regresaron a casa. Desde que salieron del centro médico YunHo había notado a algunas fans siguiéndolo y no quería que se juntaran más y estuviera Jae Joong ahí y lo pudieran lastimar, así que se apuró para que llegaran a casa. 

Mientras comían en el sillón de la sala viendo televisión YunHo dijo 

-¿Qué nombre podríamos ponerle a nuestra hija? - llevó los palillos a su boca con teokbokki y los dejó ahí mientras pensaba. A Jae Joong le pareció tan tierno este gesto que le dijo 

-Jiyool... Jung Jiyool - YunHo lo volteó a ver sin sacar los palillos de su boca. ¿Era su imaginación o realmente había escuchado hablar a Jae Joong? - Siempre dijiste que si tenías una hija le querías poner así, no sé porque no dijiste ese nombre desde el principio - terminó de decir Jae Joong con una ligera sonrisa y volvió su atención a su comida. 

YunHo no dijo nada como '¡Por fin hablas!' ni nada parecido, tan solo sonrió y le dio un beso a Jae Joong aunque este estuviera a medio masticar. 

-Me parece perfecto - 

Y YunHo supo que las cosas comenzarían a mejorar a partir de eso.

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Lo siento por la tardanza ToT -SeDisculpaDeRodillas-

Según yo iba hasta a terminar la historia en mis vacaciones de dos semanas y no hice nada .-. 

Pero bueno, espero haya alguien que si me haya esperado ;w; Y que les guste el capítulo ^^

Ya estamos casi en el final OMG (no sé que haré de mi vida después de esta historia, tengo escribiéndola desde tercero de secundaria)

Dejen sus comentarios :D 

PD. Amo el mpreg pero no sé porque sigue siendo raro para mi ver fotos mpreg de Jae .-.



Capítulo 4: Aparecen algunas respuestas



-¡Maldito guardián! – se escuchó gritar a Karam desde su habitación, desde la cual estaba esperando que Hyun Joong matara a Jae Joong, solo que nunca se esperó que el hijo de Mika ya tuviera alguien para defenderlo.

-¡¿Por qué no te hiciste cargo de él Injoon?! – gritó de nuevo, esta vez a su compañero quien acababa de entrar al escuchar sus reclamos

-Ni siquiera tu sabías que el chico tenia guardián, no me estés culpando a mi Karam – respondió calmado ese ángel caído mientras servía vino en su copa y se dirigía al sillón para relajarse.

-Quiero que lo elimines –

-Ok, ok – respondió sin darle mucha importancia al asunto solamente para que su jefe se calmara, por el momento solo quería descansar, aunque no fuera capaz de sentir cansancio físico.

~o~o~o~o~o~ SPECIAL ~o~o~o~o~o~

Jae Joong, Jae Joong… Tiempos peligrosos se acercan… Cuida la llave del cielo… No dejes que caiga en las manos equivocadas…

Jae Joong despertó sudando y respirando fuertemente esa noche. Se levantó de la cama y salió de su cuarto para ir a tomar agua a la cocina. Extrañamente tenía calor en una noche fresca en la que mínimo necesitarías una sábana para dormir a gusto. Cuando por fin se refrescó volteó hacia el reloj de la sala y vio la hora: 3:30 a.m.

-Que sueño tan raro tuve – dijo para si mismo el pelinegro tratando de recordar las partes mas importantes del sueño. Si de por si su cabeza ya estaba llena de dudas que le había dejado el doctor Jung, ahora tenía más. Sin saber que hacer y como era muy tarde y estaba cansado decidió que lo mejor sería seguir durmiendo. O al menos esperaba poder conciliar el sueño nuevamente.

-Todo es tan raro últimamente – y con esas ultimas palabras Jae Joong se quedó dormido, sin darse cuenta de que encima de una de las ramas más grandes del árbol que se encontraba en su patio, una figura parecida a un humano pero con alas en la espalda lo observaba por la ventana.

~o~o~o~o~o~ SPECIAL ~o~o~o~o~o~

-Ya lo he estado observando por un tiempo, solo dime cuando debo atacar y lo haré – dijo Injoon a Karam.

-Puedes hacerlo esta noche. Pero su madre tiene algunas cosas con las que podría atacarte, estoy seguro de que Mika no la dejó completamente sola, así que asegúrate de eliminarla a ella primero – le advirtió Karam mientras tomaba vino – Al muchacho tráelo vivo – Y aquellas fueron las últimas órdenes que recibió Injoon para la misión de esa noche.

Después de ver como fracasaban en su misión de acercarse a Jae Joong sin que él se diera cuenta, con uno de sus compañeros de clases, decidieron que era tiempo de algo más fuerte y ahora lo atacarían directo entre ellos. Injoon tenía bien contemplado que el guardián del chico fuera a aparecer y por eso ya había llamado a otros ángeles caídos y demonios en caso de necesitar ayuda.

En aquella bola de cristal que Karam le había dado observaba a Jae Joong moverse haciendo sus actividades diarias.

-Pronto nos encontraremos niño – fueron sus últimas palabras antes de dejar salir sus alas con un fuerte viento acompañándolas. Aquellas alas que antes fueron blancas y relucientes ahora eran negras y con un olor a muerte que nadie más que ellos podría soportar. “Y pronto tendré mis alas de vuelta” pensó con nostalgia al recordar como volaba por el cielo sin cansarse de ello. Definitivamente debían completar esa misión para poder recuperar eso que tanto anhelaba.

~o~o~o~o~o~ SPECIAL ~o~o~o~o~o~

Después de terminar su tarea en la noche Jae Joong bajó de su habitación hacia la cocina para cenar. Su madre ya lo esperaba con una rica cena que ambos compartirían. Su madre era la única familia que tenía pero no se quejaba, él la amaba y estaba bien con ella.

-¿Terminaste toda tu tarea? – pregunta Hye Jin

-Sí, por fin – respondió exhausto el pelinegro.

Platicaron de lo que habían hecho en su día y de otras cosas sin gran importancia cuando un fuerte estruendo se escuchó en la entrada de su casa.

-¿Qué fue eso? – pregunta Jae Joong levantándose de la silla al mismo tiempo que Hye Jin.

-No lo sé, pero ve a tu habitación – le dijo con el miedo reflejado en su voz.

-Pero… -

-Hazme caso Jae Joong – y la mujer salió de la cocina en dirección hacia la puerta mientras que Jae Joong obedecía a lo que su madre le dijo.

Un frío de muerte se instaló en la habitación mientras Injoon entraba en la residencia Kim. Hye Jin y el ángel caído cruzaron miradas e Injoon sonrió, mostrando su malvada sonrisa en esa bella dentadura de humano que poseía.

-Hola Kim Hye Jin – le saludó como si se conocieran desde hace años y dijo – Hagamos las cosas fáciles y entrégame al muchacho –

-Nunca dejaré que le hagas daño, será mejor que te vayas de aquí – le dijo con dureza, manteniendo una distancia considerable entre ellos.

-Supongo que será por las malas entonces – y avanzó rápidamente hacia ella para tomarla del cuello y alzarla en el aire. Fue tan rápido que Hye Jin no pudo hacer nada para huir.

Jae Joong salió de su habitación después de escuchar la pequeña discusión y le gritó a Injoon.

-Déjala imbécil – le aventó un jarrón de porcelana y con la buena puntería que siempre tuvo le dio justo en la cabeza. El caído volteó hacia el pelinegro y soltó a Hye Jin, entonces comenzó a reírse.

-Niño ¿De verdad crees que eso me hace daño? – se acercó esta vez a él y sacó una daga de la chaqueta que llevaba, pasándola por el cuello y el pecho del pelinegro sin hacerle daño. Jae Joong estaba tan asustado que ni se podía mover, tan solo observaba como ese ser paseaba el arma muy cerca de su cuerpo, temiendo que le hiriera en cualquier momento.

Jae Joong retrocedió y chocó con las escaleras, cerró sus ojos pensando que realmente moriría esta vez y entonces Injoon gritó al sentir su brazo ser cortado por una espada que recordó solo los ángeles del cielo, especialmente los del rango de Mika, usaban. No hubo sangre derramada con ese corte pero si demasiado dolor. Pero Injoon era más fuerte que eso y se volteó para darle un fuerte golpe en el estómago a Hye Jin, mandándola lejos hasta que chocó con la pared y cayó al suelo semi inconsciente con los cuadros que estaban colgados ahí encima de ella.

-¡Umma! – gritó Jae Joong y eso fue lo que desató su enojo y lo hizo liberarse del miedo. Tomó la espada que anteriormente su madre había usado y apuntó a Injoon, dispuesto a atacarlo, aunque ni siquiera supiera como sostener el arma correctamente.

-Me das mucha risa, ¿En serio crees que puedes matarme con eso? –

Jae Joong atacó pero Injoon lo bloqueó con el arma que él tenía. Le arrebató el arma de las manos y la tiró al suelo cuando sintió que le quemaba las manos con tan solo tocar el mango.

“Deshazte de la mujer primero” recordó las palabras de Karam y dio media vuelta para ir a acabar de una vez por todas con la madre del pelinegro. Jae Joong se dio cuenta de inmediato a donde se dirigía y se abalanzó encima de él para detenerlo.

El hombre se sacudió las alas con fuerza, lanzando lejos a Jae Joong. Sin duda aquello había resultado más fácil de lo que imaginó y eso lo hizo reír. Jae Joong se levantó sintiendo un gran dolor en el costado derecho y cuando puso su mano en ese lugar se asustó más al ver toda la sangre que le estaba saliendo. Trató de levantarse pero el dolor se lo impedía.

Vio como Injoon se acercaba a su madre y levantaba en alto la daga que traía en la única mano que tenía ahora y sintió lágrimas de frustración e impotencia salir de sus ojos porque no podía llegar más rápido para salvarla, o al menos intentarlo.

“Cualquier problema que tengas no dudes ni un segundo en llamarme” aquella frase de YunHo resonó en su cabeza y se movió lo más rápido que pudo hacia el teléfono y marcó con dedos temblorosos el número del doctor.

-YunHo… ayúdame… - dijo llorando mientras observaba como el horrible ser asesinaba a su única familia.
Injoon se acercó a él y lo tomó del cuello haciéndolo gritar del dolor. Cerró sus ojos dispuesto a morir cuando sintió como caía al suelo de nuevo y tan solo escuchaba unos golpes. Un ruido sordo fue lo último que se escuchó minutos después y Jae Joong abrió sus ojos, observando el cuerpo inerte de Injoon frente a él.

-Ya estoy aquí Jae Joong, todo estará bien – se acercó YunHo al pelinegro y lo tomó en sus brazos para salir de la casa

-Mi… Umma... – dijo llorando y con voz débil

-Lo siento Jae Joong, ya no hay nada que pueda hacer por ella – y sabía que Jae Joong sufriría y tal vez se enojaría por no intentar siquiera salvarla aunque ya estuviera casi todo perdido, pero las cosas debían ser de esa manera. Jae Joong era su misión y era a quien debía proteger y mantener con vida primero que nada.

Cuando salieron de la casa YunHo dejó a Jae Joong acostado sobre el asiento trasero de su auto, sin importarle que se manchara de sangre y condujo rápidamente hacia el hospital. Ya en el centro médico lo atendieron de manera inmediata y cuando el peligro pasó YunHo pudo suspirar aliviado.

Observó a Jae Joong dormir ahora con el rostro tranquilo en la cama de la habitación que le había reservado en el hospital. Se aseguró de que estuviera estable y salió del lugar.

-Vuelvo en un momento – le dijo aunque no lo pudieran escuchar.

El moreno fue de nuevo a la casa de Jae Joong para deshacerse del desastre en que había quedado el lugar. Tomó primero que nada el cuerpo de Injoon y lo llevó al patio trasero de la residencia y le prendió fuego. No debía dejar ningún rastro del ángel caído. Cuando se hubo hecho cenizas las enterró y entró de nuevo a la casa.
Fue por el cuerpo de la madre de Jae Joong y se sorprendió al ver al espíritu de Hye Jin junto a él.

-Hye Jin-sshi, lo siento por no haber estado más a tiempo – se disculpó YunHo al alma.

-Está bien YunHo, debía pasar en algún momento. La única cosa por la que me siento mal es porque no le pude contar a Jae Joong la historia de su nacimiento y la razón por la cual él tiene ese don – caminó alrededor de YunHo y después fue hacia su habitación, el doctor la siguió por donde caminaba y la vio señalar un armario.

-Aquí está un cofre con todo lo que Jae Joong necesita saber, quiero que se lo entregues por favor –

-Claro – asintió YunHo y sacó el objeto mencionado.

-Sigue protegiéndolo YunHo – y aquellas fueron las últimas palabras de Kim Hye Jin para Jung YunHo.

Después de unos minutos de pensar en lo que había sucedido el moreno volvió a lo que hacía y enterró también en el patio a la madre de Jae Joong, le hizo una cruz de madera en la que escribió su nombre con un marcador y regresó de nuevo a la casa para tomar ropa y otras cosas de Jae Joong y echarlas en la cajuela de su auto, escondiendo debajo de todas ellas el cofre que le dio Hye Jin.

Volvió al hospital en la madrugada y se quedó con Jae Joong hasta que él despertó por la mañana.

-¿Cómo te sientes Jae Joong? – le preguntó YunHo apenas lo vio despertar. El pelinegro aun algo confundido respondió

-Me duele todo el cuerpo –

-¿Te duele mucho? –

-No tanto – y YunHo le inyectó un calmante para disminuir el dolor.

-YunHo… mi Umma… ella murió y yo… no pude hacer nada – comenzó a llorar Jae Joong

-Lo siento por no haber llegado a tiempo para salvarla también a ella Jae Joong – se disculpó con el muchacho

-Ella fue asesinada en el momento en que te llamé, entiendo que no hubiera nada que pudieras hacer – le dijo de manera comprensiva, pero aun así sumamente triste por lo que había sucedido. -¿Por qué me hacen esto a mí?, ¿Quién era esa persona que me atacó? –

YunHo suspiró y supo que ya era momento de revelar parte de la verdad sobre su persona, por lo que le dijo.

-Eres hijo de un ángel Jae Joong, y hay unos ángeles caídos que quieren volver al cielo para tomar venganza y necesitan tu sangre para poder hacerlo. Ese ser que te atacó en la noche era uno de ellos –

-¿Por qué me quieren a mí? –

-Porque tú tienes pase directo al cielo –

-¿Cómo sabes todo esto?, ni siquiera mi madre me habló de ello –

-Ella te lo iba a decir pero no pudo hacerlo… sabía que vendrían por ti pero no pensó que fuera tan pronto y no tuvo la oportunidad de decirte lo que necesitas saber, sin embargo te dejó algunas cosas para que tú mismo lo veas – dijo recordando el cofre que había recogido – Y yo… se todo esto porque soy tu guardián, mi misión es protegerte –

-Ya veo – trató de sentarse pero el dolor en su costado lo hizo quedarse acostado.

-Puedes estar tranquilo a mi lado Jae Joong, yo te protegeré incluso aunque me cueste la vida – El pelinegro no dijo nada pues no sabía cómo reaccionar a todo lo que le estaba diciendo YunHo, pero aun así sintió algo de tranquilidad en su corazón. Aunque no pudiera ver el aura de YunHo para saber si le estaba diciendo la verdad o si realmente era una buena persona y no alguien más de esos que lo querían matar, algo dentro de él le decía que podía confiar en YunHo.

-Por cierto, vivirás en mi casa de ahora en adelante, no es seguro que estés en tu casa. Traje algunas de tus cosas, pero podremos volver por algo que te falte después. Por el momento solo concéntrate en recuperarte para poder irnos – le acarició el cabello y le dedicó una sonrisa que hizo a Jae Joong sonreír también y que un ligero sonrojo apareciera en sus mejillas.

Aun le faltaban muchas cosas por saber a Jae Joong, pero en esa mañana sabía que podía dormir tranquilo porque YunHo estaría a su lado.

Capítulo 3: Todo a su tiempo



YunHo sentía que algo malo sucedería pronto. Tenía esa clase de presentimientos con frecuencia pero nunca sabia en donde ni cuando sucederían las cosas. Esta vez, aquel sentimiento era sobre su protegido, y ya que no sabía qué hacer, solamente podría comenzar a vigilarlo en la universidad.

-Esto de proteger a un niño no será sencillo – pensó el doctor mientras llenaba un informe sobre uno de sus pacientes. –Ni siquiera hablamos – esto lo dijo en un susurro, comenzando a recrear en su mente cualquier situación para encontrarse con Jae Joong y hablar con él, debía de encontrar una manera en la que pudiera estar cerca del pelinegro sin que se viera de manera rara, porque admitámoslo, que un doctor de 27 años anduviera detrás de un estudiante de 19 sería sumamente extraño.

-Bueno, tengo que verlo dentro de una semana, supongo que algo se me ocurrirá – y con eso dejó aquellos pensamientos por el momento.

~o~o~o~o~o~ SPECIAL ~o~o~o~o~o~

Después del incidente de su casi atropello, las cosas habían pasado normales para Jae Joong, de hecho, demasiado normales para su gusto, porque ya nunca volvió a sentir la presencia de esa aura maligna que sintió cuando iba cruzando la calle. Pero no podía quejarse de todos modos, no era como que le gustara mucho tener ese don de ver y sentir las auras de las personas, en ocasiones era muy incomodo. Como cuando se le querían confesar las chicas de su clase, ellas estaban muy nerviosas por cómo expresar sus sentimientos cuando para el pelinegro ya eran muy claros con solo observarlas. A veces lo único que no entendía era como las personas no podían poner en su boca las palabras para expresar lo que sienten con facilidad, si tus pensamientos ya están bien deberían salir fácil de su boca.

Iba saliendo de su última clase a medio día, bostezando después de lo tediosa que se le había hecho esa ultima hora y decidió ir a tomar algún café antes de irse a casa. Caminó fuera de los pasillos del edificio de su facultad cuando una mano tocó su hombro, llamando su atención

-Jae Joong-hyung –

-Ah, hola Hyun Joong – saludó el pelinegro ocultando su timidez lo mas que podía. Ya que aunque llevaba un tiempo de conocer a Hyun Joong porque estaba en su clase, siempre le había parecido un muchacho muy guapo y por lo tanto le daba algo de pena hablarle.

-Me preguntaba si quisieras ir a tomar un café conmigo – dijo con una radiante sonrisa que reflejaba confianza y la cual también hizo que el pelinegro casi se desmayara. Asintió levemente en aceptación y Hyun Joong sonrió.
Pero dentro de su cuerpo, en donde se encontraba la conciencia de Kim Hyun Joong, el chico estaba queriendo con todas sus fuerzas poder controlar su cuerpo para decirle a Jae Joong que rechazara su invitación, porque aquella era simplemente una trampa de ese ángel caído al cual no podía vencer por más que quisiera tener control de su cuerpo. Y a través de los ojos de Hyun Joong, Karam reía por lo fácil que había resultado atraer a su presa hacia el.

-Me quería divertir mas… pero no importa – dijo para sí mismo Karam mientras observaba el rostro ligeramente sonrojado de Jae Joong al comenzar a caminar al lado de su compañero de clases para ir en una “cita”
Los dos muchachos iban caminando sin decir ni una sola palabra. Jae Joong porque tenía mucha pena y Hyun Joong porque era controlado por un ángel caído que quería matar al pelinegro.

La cafetería a la que se dirigían estaba cerca de la universidad, por lo que no tuvieron que caminar mucho. Estaban a una calle para llegar cuando Hyun Joong entró en un callejón que se encontraba a su derecha, desconcertando a Jae Joong por la acción.

-¿A dónde vas?, la cafetería se encuentra en otra dirección – pregunto Jae Joong apuntando con su mano en dirección del establecimiento

-Ven aquí, no tardaremos… Te quiero mostrar algo – le habló con el mismo tono de voz que había utilizado para pedirle salir con él y el pelinegro sin poder hacer nada mas obedeció.

-¿Qué me vas a enseñar? –

-Kim Jae Joong eres tan tonto –

-¿eh? -

-Ya quiero ver el rostro de tu padre cuando se dé cuenta de cómo terminó su pequeño hijo humano – la voz de Hyun Joong había cambiado por completo, comenzando a asustar al mayor por no saber si quiera de lo que su compañero estaba hablando

-¿Qué te pasa?, ¿De qué estás hablando? –

-Espero hayas disfrutado tu corta vida de mortal hijo de Mika… - aquellas palabras las dijo en un susurro y entonces la mano de Hyun Joong tomó el cuello de Jae Joong y lo apretó fuertemente, alzándolo en el aire varios centímetros.

-Suel… tame- trató de hablar el pelinegro pero era inútil, muy apenas y era capaz de articular algunas palabras porque no podía respirar. El agarre de Hyun Joong se hacía cada vez más fuerte y sentía que cada vez estaba siendo levantado más alto. Colocó sus manos sobre el brazo de Hyun Joong para tratar de aflojar el agarre, pero no podía, se encontraba demasiado débil como para hacer algún esfuerzo. Sentía como se le nublaba la vista y estaba a punto de quedar inconsciente cuando se sintió liberado de repente.

Cayó al suelo bruscamente y se quedó ahí por un momento, tratando de recuperar el aliento mientras frotaba su cuello con las manos y tosía un poco. Y cuando alzó la vista hacia donde estaba la persona que lo estaba ahorcando, observó como este chico era golpeado por YunHo hasta dejarlo inconsciente.

-YunHo-sshi –

-Quédate ahí, no te acerques – le ordenó el moreno y después dio un último golpe a Hyun Joong, dejándolo tirado debajo de él. Susurró algunas cosas incomprensibles para Jae Joong y después se levantó y se dirigió a él.

-¿Estás bien? –

-Yo… si… estoy bien –

-Ven conmigo – le tendió la mano para que se levantara y subieron al auto de YunHo, el cual estaba estacionado justo afuera del callejón en donde se encontraban.

Hubo un momento de silencio incomodo mientras YunHo conducía y Jae Joong simplemente miraba por la ventana. El pelinegro estaba muy confundido, no entendía porque Hyun Joong le quiso hacer daño, el nunca le había hecho nada malo como para que quisiera lastimarlo o tomar venganza por algo, además de que se había puesto muy raro cuando comenzó a hablarle en el callejón. Y otra cosa que no entendía era como fue que YunHo supo en donde estaba, se preguntaba si era una coincidencia que estuviera pasando por el lugar y lo haya reconocido o tal vez lo estuviera siguiendo.

“Oh vamos Kim Jae Joong, no hay razón para que un doctor te siga” se regañó mentalmente el estudiante de psicología y puso su atención de nuevo en las calles de la ciudad, y fue en ese momento cuando se dio cuenta de que YunHo no lo estaba llevando su casa.

-¿A dónde vamos? –

-A mi casa, tengo que quitarte las puntadas del brazo –

-Oh cierto – recordó en ese momento que estaba herido del brazo desde hace una semana. Con todas las emociones vividas hace unos minutos ni siquiera se había acordado de que tenía el brazo lastimado.

Cuando llegaron a la casa de YunHo, este le abrió la puerta del auto a Jae Joong y después de abrir la casa lo mandó directo a su consultorio, el cual el pelinegro ya conocía la ubicación. YunHo se quedó parado en la puerta de su casa con una mano sobre su pecho, sosteniendo la cruz que colgaba de su cuello por aquella ligera cadena de plata, la cual vibraba y se calentaba de a momentos. Esa cadena le había avisado de esa manera cuando su protegido se encontraba en peligro y algo dentro de su cabeza le había dicho en donde se encontraba. Respiró hondo para tranquilizarse y aparecer con el rostro completamente sereno frente a Jae Joong y que de esta manera el chico no se preocupara por nada.

-Levanta un poco la manga de tu camisa – le dijo el doctor al estudiante, quien obedeció sin dudar.
YunHo revisó con cuidado y retiró las puntadas del brazo de Jae Joong sin ningún problema, la herida ya había cerrado por completo y no había tenido ninguna dificultad en retirar los hilos, por lo que ni siquiera hubo muecas de dolor por parte del pelinegro.

Jae Joong observaba al médico frente a él hacer su trabajo y nuevamente pudo notar como no era capaz de ver su aura. Tenía muchas ganas de saber porque sucedía eso, pero no podía simplemente preguntarle “¿Oye por qué no puedo ver tu aura?”, aquello se vería sumamente raro y capaz hasta lo tachaba de loco y lo mandaba con un psiquiatra.

-Estas muy pensativo… ¿Seguro que te encuentras bien? – dijo YunHo levantándose y mirando al pelinegro, quien hasta ese momento salió de sus pensamientos y notó como el trabajo estaba hecho y en su brazo solamente quedaba una ligera cicatriz

-Sí, estoy bien… gracias por rescatarme – respondió con una ligera sonrisa y aun con todas esas preguntas rondando en su mente.

-Ten más cuidado la próxima vez –

-Si… oye, tengo unas preguntas –

-Dime –

-¿Cómo supiste donde estaba? –

YunHo pensó un momento aquello, pero era fácil mentir ante una pregunta tan simple y solo dijo

-Pasaba por ahí –

-¿Qué fue lo que susurraste cerca del rostro de Hyun Joong cuando terminaste de golpearlo? –

Aquella había sido una pregunta mejor formulada, por lo que YunHo tuvo que pensar más. Pero simplemente no se le ocurría alguna mentira válida para decir, porque realmente no había una respuesta válida que no fuera la verdadera.

-Fue una oración –

-¿Oración?, ¿De qué? –

-Para liberar los cuerpos poseídos por demonios o entidades parecidas – y a entidades parecidas se refería claramente a ángeles caídos como Karam.

-Pero eres un doctor… ¿Cómo puedes saber cosas como esas?, ¿Crees que Hyun Joong estaba poseído por algún demonio? – ahora que YunHo respondía varias de sus dudas pero al mismo tiempo creaba muchas más, no podía parar de hacer preguntas. Incluso si quisiera cerrar su boca para dejar de hablar no podría porque las palabras salían solas.

-Tengo ciertos dones Jae… solo eso –

-¿Por qué no puedo ver tu aura? –

-Ah… Umm… eso no te lo puedo responder aun – respondió nervioso

-¿Por qué no?, ¿Hay algo que deba saber? – Por el tono de voz que estaba utilizando se notaba que se estaba desesperando

-Todo a su tiempo Jae… Todo a su tiempo –

-¿Cuándo será el tiempo?-

-Pronto… Solo te diré que siempre estaré contigo, cualquier problema que tengas no dudes ni un segundo en llamarme –

-Ni siquiera tengo un número de contacto tuyo – dijo en un susurro Jae Joong después de que YunHo evadió las respuestas a sus últimas preguntas

-Tu madre lo tiene… ahora vamos, debo llevarte a casa o se preocupará por ti – y el pelinegro ya no pudo decir nada porque YunHo se había ido.

Capítulo 2: El peligro siempre te rodea



Unas horas más tarde, cuando Chang Min ya se había ido a su trabajo en el restaurante, Jae Joong despertó, notando de inmediato que no estaba en su cuarto, de hecho, ni siquiera recordaba haber estado antes en aquella habitación. Algo asustado se levantó, solo para encontrarse sin su camisa y con un dolor punzante en el brazo.

-Al fin despiertas, ¿Cómo te sientes? – dijo YunHo mientras entraba al cuarto al mismo tiempo que el pelinegro se había levantado de la cama. Traía un vaso con agua en una mano y en la otra una pastilla.

-Me duele el brazo… aunque es menos que antes –

-Esto te quitará el dolor – le dio la pastilla y vaso con agua. El joven sin pensarlo dos veces lo tomó - ¿Quieres que te lleve a tu casa? –

-¿Qué hora es? –

-Son pasadas las 10 de la mañana –

Lo pensó por un momento y decidió que ya no tenía caso ir a clases a esa hora, por lo que solo asintió levemente.

Jae Joong se puso su camisa manchada de sangre de nuevo y cuando estuvo listo subió al auto donde YunHo ya lo esperaba, listo para ir hacia su casa.

El camino transcurrió en silencio, solamente se escuchaba la voz del joven pelinegro de vez en cuando para darle indicaciones al doctor de que calles y avenidas tomar para llegar a su casa.

-Estoy en casa – dijo Jae Joong quitándose los zapatos al entrar. Se volteó solo para ver que YunHo estaba parado en la entrada y le dijo

-¿Quieres pasar? –

-No es necesario – Y se iba a seguir negando a entrar a aquella residencia en la que predominaba el olor a Jae Joong, aquel olor a pureza que poseía el joven, pero la voz de una mujer lo impidió seguir hablando

-¿Quién es tu amigo Jae? – preguntó con un tono cariñoso que YunHo pudo reconocer al instante que se trataba de la madre del estudiante

-Oh él es YunHo… lo acabo de conocer –

-¡OMO! ¿Jae que te pasó? – dice preocupada Hye Jin al ver la camisa manchada de su hijo

-Justo eso te lo puede explicar YunHo – y fue entonces cuando el doctor no tuvo más remedio que entrar a la casa. Hye Jin lo invitó a sentarse en uno de los sillones de la sala mientras Jae Joong iba a su cuarto a cambiarse.
YunHo dio una explicación rápida de lo que había sucedido y esperaba que la madre del pelinegro hiciera preguntas al respecto, pero no fue así, de hecho Hye Jin solamente asintió comprendiendo lo narrado y preguntó

-¿Tu eres el guardián de Jae Joong? –

-¿Disculpe? – pregunta asombrado y confundido a la vez

-Este momento debía llegar pronto, eres tu el guardián designado por Mika mi esposo, ¿no es así? –

Se golpeó mentalmente por no haber pensado que aquella mujer sabría todo, pues era obvio que así seria, después de todo era la madre de su protegido. El doctor asintió en respuesta a sus preguntas y la mujer siguió hablando

-Protégelo bien –

-Eso haré – le dedicó una ligera sonrisa

-¿Jae Joong sabe de esto? – pregunta YunHo

-No… lo sabrá pronto, cuando el momento indicado llegue, pero no ahora –

-Entiendo –

No había sido sino hasta que escucharon los pasos del joven que se dieron cuenta que estaban hablando en susurros.

-Gracias por cuidar de mi hijo YunHo-sshi – dijo ahora hablando normalmente Hye Jin mientras se levantaba al mismo tiempo que el médico del sillón y se inclinaba levemente hacia él. El moreno hizo también una ligera reverencia y se despidió de Jae Joong agitando su mano cuando lo vio que estaba parado en las escaleras a solo unos metros de su habitación.

-Es mi trabajo después de todo – respondió y la mujer supo que se refería en ambos sentidos. En el de doctor y en el de guardián de Jae Joong.

El pelinegro se quedó un momento observando la puerta por la que había salido aquel hombre aun cuando ya se había ido. Recordaba haber sentido algo extraño cuando estuvo junto a él en su consultorio y ahora también cuando lo vio irse.

-¿Estas aquí Jae? – pregunta Hye Jin agitando su mano frente a la cara del muchacho para hacerlo volver, y fue cuando Jae Joong dejó de observar la puerta y dejó sus pensamientos atrás, volteando a ver su madre quien lo miraba con esa aura ligeramente rosada que siempre llevaba a su alrededor cuando lo observaba, y fue entonces cuando supo identificar lo que fue aquella rara sensación que tuvo con YunHo.

El estudiante podía ver en todas las personas sus sentimientos, ¡Pero en YunHo no!, con aquel hombre había sido completamente distinto, no había ni siquiera una pista de que fuera a aparecer algún color. Se preguntaba si era porque la carrera de medicina los hacía ser personas frías, pero entonces recordó las veces que iba al doctor con su madre y siempre había alguna emoción. Ahora se encontraba confundido por culpa de YunHo. Definitivamente esperaba verlo de nuevo para averiguar de qué se trataba todo ese asunto, porque pasaba aquello solamente con él.

~o~o~o~o~o~ SPECIAL ~o~o~o~o~o~

Por lo que pudo observar aquella mañana, Jae Joong aun no sabía utilizar el poder que poseía. El pelinegro había logrado sentir su aura pero no lo había podido ver, por lo que eso le daba una ventaja significativa sobre su víctima. Podría aparecerse frente a él solo cuando quisiera o incluso atacarlo sin ser visible para el muchacho. Pero quería hacer las cosas más interesantes y divertidas, después de todo, cuando Karam asesinara a Jae Joong para tomar su alma, ya no habría vuelta hacia la Tierra, así que decidió que tomaría su tiempo.

La puerta del lugar se abrió con un fuerte ruido, sacando al ángel caído de sus pensamientos. Tan solo observó como la luz entraba a la sala de su casa que estaba hasta hace pocos segundos completamente a oscuras y entrecerró sus ojos para después visualizar la silueta de dos personas que venían entrando.

-¡Injoon-ah! Has llegado justo a tiempo – dijo Karam una vez reconoció el rostro del joven que acababa de entrar, después de haber cerrado la puerta.

Encendieron solamente una veladora para poder ver mejor y el mencionado le dijo al muchacho que lo acompañaba que diera un paso al frente.

-¿Quiénes son ustedes? – preguntó con algo de miedo.

-Por el momento eso es lo que menos importa – respondió Karam, levantándose de su sillón individual y comenzando a dar vueltas alrededor del chico que lo miraba temeroso. – Tú simplemente nos ayudarás –

-¿A qué? – se atrevió a hablar de nuevo

-No son necesarias tantas preguntas ¿sabes?... una vez termine tu trabajo no recordaras nada – y con sus ojos le hizo una señal a Injoon de que podían pasar a la siguiente fase. El joven alto y de cabello negro atado con en una coleta asintió en obediencia a la orden y sacó del bolsillo de su pantalón la jeringa que ya tenía preparada con una sustancia que solamente ellos podían producir. Una sustancia que les daba el control sobre cualquier humano, para controlarlo tanto física como mentalmente.

El inocente muchacho no tuvo siquiera la oportunidad de escapar porque Injoon inyectó aquel liquido color azul en su cuello haciéndolo gritar del dolor. Sintió como cada vena y arteria por la que circulaba esa sustancia estaba en llamas y después de resistirse por unos segundos, fue vencido y su mirada se puso en blanco.

-Tu misión es Kim Jae Joong – dijo Karam al muchacho de la mirada perdida y después Injoon lo tomó del brazo y lo jaló para llevarlo al mismo lugar en el que lo había encontrado.

-Pronto llegará el momento en que cumpla mi venganza… Ya nos encontraremos Mika y pagarás por todo el daño que me hiciste – fueron las últimas palabras de aquel ser malvado con apariencia bella y joven antes de apagar la veladora para quedar de nuevo con su única amiga, la oscuridad.

~o~o~o~o~o~ SPECIAL ~o~o~o~o~o~

-¡¿Eres un bebé o qué?! ¿Cómo es que casi te atropellan en la calle? – Jae Joong se hizo pequeño en su asiento en el salón de clases cuando YooChun, su mejor amigo y uno de los pocos que tenia, lo regañaba por la herida de su brazo. Le había contado todo cuando llegó a la facultad al día siguiente y aunque ya se esperaba tal reprimenda por parte del joven, de todos modos le asustaron sus gritos.

-Ya te dije que sentí algo YooChun… era algo muy malo, solo que nunca lo pude ver –

-Lo se Jae… y no te puedo decir nada por eso, sabes que yo no soy como tú, pero aun así, pudiste haberte esperado a estar del otro lado de la calle para ponerte a buscar esa cosa que dijiste sentir –

-Lo siento Chunnie –

-Esta bien, te perdono – le dijo su amigo y cambiando completamente el tema habló de nuevo - ¿Hiciste la tarea de calculo? –

Jae Joong resopló con fastidio porque YooChun nunca hacia su tarea de cálculo, siempre era la misma historia, y cada vez que le preguntaba al chico la razón por la cual no había hecho su tarea, salía con una excusa distinta y no tenia más opción que darle su cuaderno para que copiara.

-Debería empezar a cobrarte por esto – Respondió después de haber sacado su cuaderno de su mochila y dárselo al muchacho que ahora abría su tarea apurado y copiaba todo rápidamente, mirando de vez en cuando hacia la puerta para verificar que el profesor no llegara y lo sorprendiera.

Mientras los dos amigos platicaban y hacían una que otra tarea en espera de la llegada del profesor,  un muchacho de cabellos color castaño claro y facciones delicadas pero a la vez masculinas los observaba desde una esquina del aula. Sosteniendo un lápiz en su mano y haciendo garabatos en una libreta mientras aparentaba que escribía, analizando al chico de cabellos largos oscuros y piel pálida. Su mente estaba atrapada en su cuerpo ya que no tenía control de él, y tan solo podía pedirle disculpas en su mente a aquel muchacho que desde siempre le ha gustado, por cualquier cosa que le pueda hacer mientras es controlado por aquel hombre que lo había atrapado. Porque Kim Hyun Joong fue la presa de Karam para comenzar con su misión: matar a Kim Jae Joong